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Entre libros y reciclaje: ISC conmemora el Día de la Tierra y el Día Internacional del libro
El escritor francés Georges Perec-una de las voces más revolucionarias del siglo XX- solía ir a cafés de su natal Marsella para escuchar conversaciones de los comensales que asistían. Sus quejas, sueños, confesiones, historias y luego se encargaba de plasmarlas con su pluma febril. Convirtió la cotidianidad en su motor creativo, ficcionó a partir de la otredad. Este fin de semana, la Plaza Hidalgo se llenó de historias dignas para contar.
El 22 y 23 abril son dos días especiales, unidos no sólo por la secuencialidad del tiempo, sino por lo que en ellos se celebra: El Día de la Tierra y el Día Internacional del Libro. Dos temáticas atemporales, vasos comunicantes que se van tejiendo alrededor del mundo. En conmemoración a eso, el Instituto Sonorense de Cultura, a(ISC), a través de su coordinación de Literatura a cargo de su titular, Lorena Enríquez, llevaron a cabo un nutrido programa en distintos espacios culturales de la geografía sonorense.
De la exposición “Impasse, fragmentos en el tiempo” exhibida en el Museo de Arte de Sonora (Musas), una iniciativa colectiva que reúne 34 libros-arte de 18 artistas a bazares de libros en la Plaza Hidalgo. De conversatorios y presentaciones de obras literarias a performances hecho por el Grupo Reforma Teatro. En estos tiempos de incertidumbre con una realidad, a veces esquiva y tirante, no hay mejor forma que resistir a través de la lectura y la conciencia ambiental.
Lorena Enríquez, coordinadora de literatura del ISC y organizadora del evento, señaló la importancia de la participación de artistas y público para la sensibilización de estos temas.
“Fueron dos días de eventos en torno al libro y el cuidado del medioambiente que se conjugaron maravillosamente. El programa incluyó más de 12 eventos: Presentaciones de libros de autores locales, teatro, reciclaje, venta e intercambio de libros, exposición de cómics ecológicos, micrófono abierto para personas que quisieran recitar fragmentos de sus obras favoritas o de su propia autoría”, expuso Enríquez.
Los dos días tienen una vitalidad única y existe un hilo conductor: Una práctica común de los lectores es el usar alguna flor como pasador entre las hojas del libro que se lee, así, los dos días están comunicados: Pasamos del “ABC del cambio climático” de Gilberto Montaño a la “Geografía Amorosa” de Josefina de Ávila. Del conversatorio con el escritor Enrique Mata a la charla digital con el laureado escritor Guillermo Munro disertando sobre su última novela “Navegaré en tu memoria”.
No pudieron faltar los bazares de libros: Puestos de libros nómadas que parecen encerrar una eternidad. Ahí están obras de ediciones viejísimas del Werther de Goethe a ensayos psicológicos. Hay obras de literatura universal, como cuentos seleccionados de la titánica Comedia Huma de Balzac, hasta libros de litratura sonorense. Todo cabe en esa representación inconsciente del bazar como Melquiades trayendo sus nuevos inventos a Macondo.
En el micrófono abierto se observan las pulsiones, ahí se leyeron fragmentos de Farenheit 451 de Bradbury, poemas de Armida de la Vara, boy scouts leyendo sobre “El libro de la selva”, voces, cantos polisémicos que configuran nuestras referencias. Así concluyó un fin de semana entre libros y voces.